domingo, 25 de noviembre de 2012

El revisor y la multa

Verá señor revisor, soy un chico comprensivo, y entiendo que usted cumpla con su trabajo, y con esto sería suficiente, pero le contaré lo curioso que resulta este encuentro.Yo solo pretendía colarme para robar a través de su empresa ese dinero que cuesta el billete, robar ese dinero a través de su empresa, a los mismos que le roban a usted con los recortes, que ironía verdad? Entiendo que la profesionalidad y los miedos vayan de la mano; bueno ese es un motivo secundario, en realidad yo solo pretendía llegar a tiempo al hospital para ver a mi abuela que se esta muriendo, no hace falta que haga conciencia sobre que vale más si la vida o la muerte, ni recuerde esas frases típicas olvidadas como aquella de.. 'hay que trabajar para vivir..no vivir para trabajar' Pero siendo la vida como es, aquí nos encontramos los tres un domingo, tanto usted como yo preferiríamos estar en otro lugar ahora, y no por el hecho de estar en un anden! toda persona que se encuentre en un anden, preferiría estar en otro lugar, es el lugar de los que esperan y de los que desesperan. Pero lo maravilloso de todo esto, es que el tiempo que ha perdido o ganado, según se mire, poniéndome la multa, una chica que no tenia billete ha subido de camino al hospital también, su caso también era de vida o muerte, he retenido aquí por quince minutos a dos revisores y tres guardias de seguridad. Esa chica ha ganado su valioso tiempo, usted ha ganado su comisión, incluso tuvo la gentileza de decirle a su compañero- lo quieres? yo ya llevo uno, y yo perdiendo el tiempo, he ganado la valiosa lección de que mientras la comodidad superponga la valentía, la vida seguirá siendo injusta, no lo pude ver hasta ahora, sabia lo que sucedía pero de una forma desordenada y desestructurada, ha sido esta experiencia la que me lo ha hecho ver, gracias a su profesionalidad y al miedo escondido detrás de esta, todos salimos ganando, excepto su empresa, ya que no la pagaré como la multa anterior, pero todo un detalle que pueda terminar el recorrido con este trozo de papel, gracias de corazón, si algún día acabo en prisión, recordaré al menos que estuve con mi abuela hasta el final, y podré contar como mientras yo me ganaba los últimos días de vida de mi abuela, usted iba perdiendo la suya. Y por favor, no se sienta usted culpable por haber retenido a un pobre joven que solo quería estar cerca de su abuela en sus últimos días, no le falta humanidad aunque tal vez le sobren algunos miedos, pero como le dije al principio, soy un chico comprensivo. Pero aún así, ya que cuestionarse las cosas es algo muy sano, baraje la posibilidad de que tal vez tratando de ganarse la vida, la esta usted perdiendo.

Que tenga un buen día, y disfrute de este precioso y soleado domingo picando billetes.